Nutrición: Dieta Nutrigenómica, nueva opción eficáz para mejorar o mantener tu salud.
¿Sabías que somos lo que comieron nuestros padres y abuelos? A través de la dieta nutrigenómica podemos elaborar una alimentación personalizada.
La ciencia nutrigenómica se dedica al estudio de la interacción entre el genoma y los alimentos que consumimos. Su mayor beneficio es que puede prevenir y ayudar a controlar enfermedades como la obesidad y la diabetes.
¿En qué consiste?
Por medio de pruebas genéticas, se puede saber si un individuo necesita más hidratos de carbono o más grasas que otros, si absorbe el calcio adecuadamente o si un nutriente no tiene el efecto deseado en el organismo.
Una vez realizadas las pruebas con el genetista, los resultados permiten crear portafolios dietéticos individualizados para cada paciente. Además, se sabe por qué un alimento puede ser benéfico para algunos y perjudicial para otros.
La ciencia nutrigenómica ayuda a conocer los mecanismos de acción de los nutrientes de cada región y de cada país. Se pueden elaborar estrategias específicas para una población y una enfermedad concreta. Es decir un régimen alimenticio por zona, tomando en cuenta cultura y estilo de vida.
Uso de alimentos funcionales
La dieta nutrigenómica se basa en el consumo de alimentos funcionales, aquellos que brindan beneficios directos a la salud, más allá de su contenido nutricional y que ayudan a prevenir obesidad y otras enfermedades crónicas degenerativas.
Se realizan bloques dietéticos, combinando dos o más alimentos funcionales para un padecimiento específico. Algunos alimentos funcionales son:
Soya: Antibiótico natural, aliado contra enfermedades del corazón, intolerancia a la lactosa y la osteoporosis.
Nopal: Es muy beneficiosos, sobre todo para los diabéticos porque ayuda a evitar las subidas drásticas de azúcar. Si se consume de forma cotidiana reduce la obesidad porque baja la emisión de insulina y hace que la glucosa se asimile más lento.
Semilla de chía: Proporciona mucha energía, es rica en antioxidantes y refuerza el sistema inmunológico.
Fibra dietética: Tiene un efecto protector contra el cáncer de intestino.
Brócoli: Contiene sulforafano, elemento que influye en más de 200 genes y disminuye la oxidación de los tejidos.
Frijol: Contiene ácido fólico, el cual reduce enfermedades cariovasculares.
Evita consumo de alimentos dañinos.
Dependiendo de tu información genética, el médico definirá qué alimentos consumir y cuáles podrían hacerte daño. Algunos estudios ya han alertado sobre cierto tipo productos como por ejemplo:
El alto consumo de carne roja podría aumentar el riesgo de cáncer colorrectal.
Existe relación entre la grasa y el cáncer de mama.
¿También es buena para adelgazar?
Aunque no lo creas, hay personas a las que les engorda la fruta, otras a las que el queso o el chocolate les causa migrañas. Te has preguntado por qué una misma dieta funciona mejor en una persona que en otra. ¿Qué provoca que unos sean hiper-respondedores y otros de plano no logren bajar por nada de peso? ¡Todo se debe a tus genes!
Llevar una dieta para ti, a tu medida, no significa restricción calórica sino cambiar de forma permanente tus costumbres de alimentación. Y es que, si bien es cierto que el 99.9 por ciento de la secuencia genética del ser humano es idéntica, hay un 0.1 por ciento que nos hace diferentes y es ahí donde se encuentra la clave de todo.
La celiaquía, la intolerancia a la lactosa, la hipercolesterolemia, el cáncer o la obesidas pueden tratarse con una dieta nutrigenómica para evitar que aparezcan. El objetivo es lograr dietas inteligentes para saber qué alimentos perjudican nuestra salud o nos engordan y por qué.
La nutrigenética aún está en desarrollo en instituciones serias y de prestigio como el Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán. Tener un perfil genético nutricional revolucionará nuestra forma de alimentarnos y en general nuestra calidad de vida. Nos ayudará a prevenir enfermedades, retrasar el envejecimiento o simplemente para sentirnos bien.
